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La subestación eléctrica de Hernani fue clave para que Gipuzkoa y Euskadi recuperaran antes la tensión eléctrica por su conexión con Francia. JOSÉ MARI LÓPEZ
La conexión eléctrica Hernani-Francia evita lo peor del apagón en Gipuzkoa

La conexión eléctrica Hernani-Francia evita lo peor del apagón en Gipuzkoa

El nexo directo entre la subestación de la localidad guipuzcoana y la red eléctrica sa permitió mitigar los daños del apagón en toda Euskadi, que inicia la «desescalada» de la emergencia

Miguel Villameriel

San Sebastián

Martes, 29 de abril 2025, 23:22

Gipuzkoa empieza a acercarse a la normalidad tras un día de resaca por el apagón eléctrico más grave que ha sufrido la península ibérica, que el lunes al mediodía provocó un auténtico caos en toda España cuando a las 12.33 horas se fue de golpe la luz. Euskadi ha logrado esquivar los peores efectos de esta súbita caída de tensión, cuyas causas aún no están claras, por su condición de comunidad fronteriza, ya que fue la primera en recibir la ayuda de la red eléctrica sa a través de un punto clave: la subestación eléctrica de Hernani, que de forma cotidiana sirve de nexo entre las redes de ambos países para el intercambio de electricidad y que este lunes se convirtió en «un factor determinante» para acelerar la recuperación de la tensión en Euskadi, como destacó el Gobierno Vasco. La cercanía con Francia redujo los daños materiales del apagón en Gipuzkoa –toda vez que no hubo que lamentar daños personales–, aunque en una primera valoración las empresas del territorio cifran en unos 40 millones el impacto económico de esta crisis.

La noche del lunes aún existía una gran incertidumbre sobre cómo amanecería ayer la red eléctrica vasca, que aguantó bastante bien el envite durante la jornada del lunes, pero desde primera hora las noticias fueron positivas. A las 7.00 horas el consejero vasco de Industria anunció que Euskadi había recuperado el 100% del suministro eléctrico, lo que permitió que servicios básicos como la sanidad, la educación o el transporte público comenzaran el día con cierta normalidad. El servicio de Cercanías de Gipuzkoa no se retomó hasta las 8.30 horas y los trenes de larga distancia a Barcelona se retrasaron hasta las 14.30, pero las líneas de Euskotren operaron con normalidad desde primera hora. También las empresas que el lunes vieron alterado su normal funcionamiento, sobre todo en la industria electrointensiva, pudieron empezar a retomar el pulso habitual.

Fue una jornada de balance de daños en la que la conclusión general fue que Gipuzkoa y Euskadi salieron relativamente bien paradas de este apagón histórico para lo que podía haber ocurrido si la ausencia de electricidad se hubiera prolongado durante muchas más horas, como ocurrió en otras comunidades autónomas. Hay que recordar que en las principales ciudades del territorio, Donostia e Irun, el apagón apenas se prolongó durante una hora, hasta aproximadamente las 13.30 horas; aunque en otras localidades como Hernani, Astigarraga o Eibar la luz no volvió hasta última hora de la tarde.

La constatación de que la emergencia empezaba a remitir este martes al mediodía llevó al Gobierno Vasco a iniciar una «desescalada», al rebajar al nivel 1 la fase de emergencia del Plan de Protección Civil de Euskadi, el famoso LABI de la pandemia. El lehendakari, Imanol Pradales, aseguró que «nunca estuvo encima de la mesa» pasar del nivel 2 al 3, que habría requerido la petición de ayuda al Gobierno central.

Tanto el lehendakari como el consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, subrayaron que Euskadi ha podido afrontar este apagón «en una situación más favorable» que otras comunidades autónomas al estar ubicado «cerca de la muga con Francia», lo que posibilitó que el rescate eléctrico que llegó desde el país vecino tuviera un impacto más inmediato en la red vasca. En concreto, Pradales aseguró que la subestación eléctrica de Hernani ha jugado un papel clave para que las consecuencias del apagón hayan sido menos graves en Euskadi. En esa línea, Zupiria destacó «la importancia de que existan conexiones internacionales de nuestra red eléctrica».

Esa subestación de Hernani, que permite la interconexión eléctrica con el país vecino en ambas direcciones, se convirtió el lunes en un punto clave para estabilizar de forma rápida el suministro en Euskadi. De hecho, no fue casualidad que los puntos que primero pudieron reaccionar y volver a la normalidad fueran los limítrofes con otros países: Euskadi por su conexión directa con el sistema eléctrico francés y el sur de Andalucía por su conexión con el suministro energético que procede de Marruecos. Zupiria indicó que «la entrada de energía procedente del Estado francés a través de la subestación de Hernani permitió especialmente a la compañía Iberdrola restablecer el sistema eléctrico y volver cuanto antes a la normalidad».

Sin embargo, pasadas las 22.00 horas de este martes, numerosos vecinos de Donostia volvieron a temerse lo peor, cuando se produjo un nuevo corte de luz en algunas zonas del Antiguo, Ondarreta, Aiete y el Centro. No fue un apagón general, ya que solo afectó a algunas calles, y la mayoría de los casos el servicio se restableció a los cinco minutos.

Pierde fuerza el ciberataque

Una vez que amainó la urgencia de atender las consecuencias del apagón en toda la península, también era un día de clarificar las causas de esta caída de tensión inédita que provocó que en apenas cinco segundos se perdieran 15 gigavatios de la red eléctrica española sin explicación aparente. Sin embargo, las explicaciones ofrecidas por el Gobierno central y la empresa Red Eléctrica Española fueron discordantes o incluso llevaron al presidente, Pedro Sánchez, a desautorizar la conclusión de la eléctrica de que se podía descartar un ciberataque. Red Eléctrica y los servicios de inteligencia no ven indicios de que el apagón del lunes pueda ser fruto de un sabotaje, pero Sánchez se negó a descartar definitivamente la tesis del ciberataque. Un juez de la Audiencia Nacional alimentó también esa hipótesis al abrir una investigación sobre un posible ataque «ciberterrorista».

Más allá del origen de la caída del sistema, el presidente del Gobierno también cargó contra quienes achacan el gran apagón a la falta de centrales nucleares en España y puso el foco en los «operadores privados», a los que advirtió que exigirá, llegado el caso, responsabilidades.

Desde Euskadi, el lehendakari Pradales se mostró contrariado por la falta de una explicación clara por parte del Gobierno central de las causas del apagón «24 horas después de producirse» y exigió un análisis «exhaustivo, integral y transparente» de este suceso –que calificó de «muy grave»– para conocer sus causas y evitar que algo similar vuelva a repetirse en el futuro. Quedó claro que las explicaciones de Sánchez no le resultaron suficientes en absoluto.

El lehendakari consideró que «aún es pronto» para calcular el impacto económico del apagón del lunes en Euskadi, aunque itió que aún estaba siendo «un día difícil» para la industria electrointensiva, la más sensible a cualquier caída del flujo eléctrico. No obstante, en una primera valoración solicitada por este periódico, las asociaciones empresariales de Gipuzkoa cifraron en unos 40 millones el perjuicio que puede suponer el tiempo que diferentes puntos del territorio estuvieron sin luz el pasado lunes.

Sin más reuniones del LABI

Pradales afirmó tras la segunda reunión del LABI –y en principio última si no vuelve a agravarse la crisis– que, pese a que la situación de emergencia por el apagón ha entrado en una fase de «desescalada» en Euskadi, «todavía no estamos en una situación de plena normalidad», por lo que pidió «cautela». Al tiempo que apuntó que esta crisis, como ocurrió con el Covid, nos recuerda que «somos una sociedad avanzada, pero vulnerable».

Las imágenes de trenes parados en mitad de las vías, personas atrapadas en ascensores o calles sin semáforos que controlen el tráfico quedarán en la memoria como ejemplo de las horas caóticas que siguieron a un apagón totalmente inesperado un lunes al mediodía. No hay duda de que muestran una vulnerabilidad, aunque el lehendakari también valoró que las instituciones vascas han sabido dar una respuesta adecuada a la emergencia, pese a que «debemos mejorar». Pero subrayó que hospitales, residencias, centros educativos y servicios de protección civil salvaron el examen con nota.

El consejero de Seguridad también realizó un repaso a las áreas más afectadas por el apagón. Destacó que todos los centros educativos del sistema vasco funcionaban «con normalidad». En cuanto al sistema de salud, Zupiria aseguró que los principales centros sanitarios retomaron ayer su actividad cotidiana. Se reasignaron las actuaciones de cirugía que el lunes se vieron suspendidas y se mantuvieron las citas previstas para ayer. «También está funcionando con normalidad el ámbito de las ambulancias y el soporte respiratorio en domicilios», indicó. En lo que respecta al transporte ferroviario, el más afectado, indicó que también estaba cerca de recuperar la normalidad.

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