«La denuncia de la Fiscalía va a marcar un antes y un después, el que quiera filtrar se lo pensará»

Después de que el Parlamento Vasco decidiera no crear una comisión de investigación para esclarecer este caso, la decisión del Ministerio Público «era nuestro último cartucho», reconoce Manoel Martínez. Marta Macho, que deja claro que «no se puede seguir escondiendo lo sucedido», explica que «la fiscal ya nos comentó que estos casos son duros, porque no salen el 100% de los implicados». Tiene claro que «el hecho de que salga gente» en el escrito «va a marcar un antes y un después en las OPE. Si hay consecuencias, me imagino que el que quiere filtrar a partir de ahora se lo pensará antes de hacerlo». Incide en esta idea Roberto Sánchez. Hasta ahora, señala, «esta manera de actuar en la OPE» estaba «normalizado». A partir de ahora, cree, «la gente se va a dar cuenta de que lo normal no es lo correcto». En su opinión, que el Ararteko o la Fiscalía «hayan dicho lo que han dicho» debe servir para que los «implicados se den cuenta que las cosas no estaban bien como estaban. Debemos ir a un sistema más justo».

A pesar de aplaudir el trabajo de la Fiscalía, los tres anestesistas –afiliados al sindicato ESK–, echan en falta un trabajo más en profundidad y amplio. Dicen que en las 19 páginas enviadas al juzgado solo se refleja «la punta del icerberg». Cree Martínez que hay otras categorías investigadas «en las que las irregularidades cantan menos y son menos escandalosas, pero existen». Macho coincide: «Me da pena que haya cosas que se pasen por encima, porque al final lo sucedido pasa en todas las especialidades. Y prácticamente todos los jefes de servicio han filtrado preguntas a sus subalternos».

Sobre la implicación de la dirección de Osakidetza en este escándalo de las supuesta filtraciones de respuestas, tal y como destaca la Fiscalía en su escrito, los tres anestesistas lo tienen claro: «No siempre ha estado a la altura».

Explica Manoel Martínez que esto que «sucede» en Osakidetza, es algo que «estamos seguros pasa en la mayor parte de los Servicio de Salud de España». En su opinión, es una manera de actuar que tiene que ver con el «corporativismo de los médicos. Hasta cierto punto se podría decir que tiene que ver con una cuestión de clase». Cree que «el problema es que en Osakidetza lo han intentado ocultar desde el principio. Por mucho que el consejero de Salud, Jon Darpón, haya dicho siempre que ha estado a favor de una investigación». No olvidan estos tres profesionales que el «consejero» se refería a ellos al inicio del caso como «kamikazes, sinvergüenzas prácticamente. Que nos iban a denunciar por tentativa a la actuación fraudulenta, un supuesto jurídico que nadie conoce. Creo que fue para meternos miedo porque nadie nos ha denunciado».

Sobre la figura de Darpón son también muy críticos Macho y Sánchez. Este último dice que se ha «escudado en los tres cabezas de turco que han encontrado», en referencia a los tres jefes de servicio señalados. «La Fiscalía ha tenido la certeza» de imputarlos porque «les han pillado in fraganti, pero en el resto de especialidades ha pasado lo mismo». Pone un ejemplo. «En Cardiología hay dos componentes del tribunal que avisaron que se iban a producir filtraciones. La presidenta del tribunal y Juan Carlos Soto, director de Recursos Humanos cesado, se reunieron y dijeron que todo seguía adelante», relata.

Al igual que este caso, citado por la Fiscalía, hay otro que les afecta directamente. En la página 4 del escrito se lee: «Pablo Renedo les comenta (a los anestesistas) que está esperando la respuesta de si recibe o no las preguntas para su uso personal para seguir en su puesto, siendo como es una plaza de OPE». Renedo es el jefe de servicio de Anestesia del Hospital del Alto Deba de Arrasate, en el que trabajan los denunciantes. «Este pasado martes», día que este periódico hizo público el escrito de la Fiscalía, «Manuel y yo tuvimos un cara a cara con él», cuenta Marta Macho. «Hemos tenido bastantes problemas con nuestros contratos, nos querían echar del hospital, nos han invitado a marcharnos. En Mendaro necesitaban anestesistas y nos ofrecieron la posibilidad de que uno de los dos nos fuéramos allí. Nosotros estamos a gusto aquí, a pesar de los ajustes laborales que nos han impuesto». Definen su trato con su jefe directo: «Ha tenido una época en la que ha estado bastante enfadado con nosotros. Ahora directamente no quiere ni vernos».

Además de su jefe, la situación con sus compañeros «sigue igual, a pesar del informe de la Fiscalía». Dice Manoel que «todos» los trabajadores de Osakidetza «saben lo que pasa en las OPE y es un tema del que se habla». Sin embargo, los compañeros de varias especialidades médicas «nos siguen tratando de manera recelosa. Otros muchos nos han felicitado».

– ¿Cree que el consejero también sabía lo que sucedía?

– No voy a decir que el consejero sabía lo que pasaba, pero me parece muy raro que no lo supiese llevando toda la vida en Osakidetza. Siempre digo lo mismo, si yo sabía lo que pasaba llevando 15 días aquí (Manoel Martínez es gallego), ¡cómo no iba a saberlo alguien que lleva trabajando en Osakidetza 30 años!

Más allá de estos tres profesionales médicos, solo el cirujano José María de Egaña Barrenetxea, del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Universitario Donostia y miembro del tribunal de dicha especialidad médica, se había mostrado crítico con el proceder de esta OPE. De hecho, fue el primero que denunció irregularidades en la Oferta Pública de Empleo. Remitió, en fecha 30 de mayo, a la dirección del Servicio Vasco de Salud un escrito en el que exponía que «con todos sus años de experiencia, él no hubiera aprobado en ningún caso el primer examen» de su especialidad. «Se pregunta cuál es pues la intención real y última» de esa prueba, señala el informe de la Fiscalía del País Vasco. Fue el primer profesional de Osakidetza que levantó la voz y que mostró su extrañeza ante resultados «insólitos».